En el marco del Día Internacional contra el Bullying o Acoso Escolar, que se conmemora el 2 de mayo, expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) hacen un llamado urgente para abordar la problemática de la violencia escolar, destacando la importancia de promover la tolerancia, el respeto y la diversidad en las comunidades educativas.

La académica de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza, Lorena Irazuma García Miranda, advierte que la violencia escolar es un reflejo de la descomposición del tejido social y enfatiza la responsabilidad compartida de todos los miembros de la sociedad para crear un entorno libre de violencia.

Según la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2022, en México, aproximadamente 3.3 millones de estudiantes entre 12 y 17 años han sido víctimas de acoso escolar en los últimos 12 meses, lo que subraya la urgencia de abordar esta problemática.

La violencia escolar, explican los expertos, consiste en conductas o agresiones reiteradas de uno o un grupo de alumnos contra un tercero, con el objetivo de que la víctima dude de sus capacidades o se sienta inferior. Esto puede tener consecuencias graves, incluso incrementando el riesgo de lesiones mayores o desenlaces trágicos como el suicidio.

Karla Cervantes Bazán, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, hace un llamado a los adultos para romper con discursos y prácticas que normalizan la violencia y reflexionar sobre cómo gestionamos nuestras emociones. Destaca que la cultura del buen trato implica apoyar tanto a la víctima como al agresor, brindando herramientas para la regulación emocional y la resolución de conflictos.

En las aulas, sostienen los expertos, es fundamental promover la tolerancia, el respeto y la valoración de la diversidad para crear un ambiente de convivencia armoniosa y enriquecedora. Los maestros desempeñan un papel crucial al fomentar el diálogo, la expresión emocional y la identificación de necesidades, así como al intervenir de manera efectiva en casos de acoso escolar.

Ante el desafío que representa el acoso escolar, la comunidad educativa debe trabajar de manera colaborativa para crear entornos seguros y acogedores, donde todos los estudiantes puedan desarrollarse plenamente y alcanzar su máximo potencial.