La sandía, reconocida por su característico color rojo brillante y sus semillas negras o blancas, es mucho más que una fruta veraniega. De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, este fruto ha sido adoptado en México como un símbolo cultural, al compartir las tonalidades de la bandera nacional, lo que refuerza su papel en la identidad colectiva del país.
A pesar de su popularidad, alrededor de la sandía persisten creencias arraigadas que han generado dudas sobre su consumo, especialmente durante la noche. Algunas personas evitan ingerirla después del anochecer por temor a problemas digestivos o alteraciones del sueño. No obstante, no existe evidencia científica que respalde que comer sandía por la noche tenga efectos negativos en la salud.
Por el contrario, los especialistas destacan que la sandía es una fuente rica en nutrientes y puede consumirse a cualquier hora del día sin problema alguno.
Beneficios nutricionales de la sandía:
• Hidratación: Compuesta en un 90% por agua, es ideal para mantener el cuerpo hidratado, especialmente en climas cálidos.
• Vitamina C: Fundamental para la producción de glóbulos blancos, fortalece el sistema inmunológico y combate infecciones.
• Citrulina: Un aminoácido no esencial que mejora la circulación sanguínea y actúa como antioxidante.
• Mejora digestiva: Su contenido de agua y fibra favorece el tránsito intestinal, ayudando a prevenir el estreñimiento.
• Prevención de enfermedades crónicas: Antioxidantes como el licopeno y la cucurbitacina E contribuyen a reducir el riesgo de padecer enfermedades como el cáncer y la diabetes.
Según recomendaciones nutricionales, una taza diaria de sandía es una porción adecuada para obtener sus beneficios sin excesos.
Lejos de los mitos, la sandía se reafirma no solo como un alimento saludable, sino como un símbolo de la riqueza cultural y agrícola mexicana. Consumirla por la noche no representa riesgo alguno y puede ser una opción refrescante y nutritiva para cerrar el día.