El arroz es uno de los pilares alimenticios más importantes a nivel mundial. Presente en las cocinas de prácticamente todas las culturas, este cereal destaca por su versatilidad, valor nutricional y facilidad de preparación. Ya sea en platillos dulces o salados, su sabor neutro lo convierte en el acompañante perfecto para infinidad de recetas.
Sin embargo, una duda común entre quienes lo cocinan es si realmente es necesario lavarlo antes de llevarlo a la olla. Diversas instituciones y estudios científicos coinciden en que sí es importante enjuagar el arroz, y aquí te explicamos por qué.
Beneficios de lavar el arroz
De acuerdo con el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) del Conacyt, enjuagar el arroz antes de cocerlo tiene múltiples beneficios:
• Reduce el almidón superficial, lo que evita que el arroz quede pegajoso o gomoso.
• Elimina polvo e impurezas que se acumulan durante el procesamiento y transporte.
• Disminuye la presencia de residuos tóxicos, como pesticidas, microbios y metales pesados, incluyendo arsénico, un elemento asociado con enfermedades crónicas.
Una investigación publicada en la Revista de Química Agrícola y Alimentaria respalda este último punto, señalando que el lavado del arroz con agua limpia puede reducir significativamente los niveles de arsénico inorgánico.
¿Cuántas veces hay que lavarlo?
La cantidad ideal de enjuagues depende del tipo de arroz y del resultado deseado, pero generalmente lavarlo entre 2 y 4 veces, o hasta que el agua salga clara, es suficiente para eliminar el exceso de almidón y otras impurezas.
En el caso del arroz fortificado, que contiene micronutrientes añadidos como selenio, se recomienda lavarlo solo 1 o 2 veces para no perder sus propiedades nutricionales.
Además, un estudio de la Revista de Química de Alimentos indica que remojar el arroz después del lavado puede mejorar su textura al cocinarlo sin alterar su sabor.
Un alimento poderoso
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el arroz no solo es una fuente rica en carbohidratos, sino que también aporta proteínas, fibra, vitaminas del complejo B y minerales esenciales como magnesio, fósforo y potasio.
El arroz integral, por su parte, conserva el salvado y el germen, por lo que contiene más fibra y antioxidantes, aunque también puede tener mayor exposición a contaminantes, por lo que su lavado es aún más importante.
Seguridad alimentaria en tu cocina
Lavar el arroz no solo mejora la calidad del platillo final, sino que también se ha convertido en una práctica clave para la seguridad alimentaria. Recuerda que el agua con la que se enjuaga debe desecharse, ya que ahí se concentran las impurezas y contaminantes eliminados del grano.
En resumen, lavar el arroz es una práctica recomendada por la ciencia que mejora su sabor, textura y, sobre todo, protege la salud de quienes lo consumen.