La ciudad de Kiev, capital de Ucrania, fue blanco de un intenso ataque aéreo durante la noche de este viernes, cuando fuerzas rusas lanzaron una ofensiva con múltiples drones y misiles, marcando una nueva escalada en el conflicto armado que lleva ya más de dos años.

Según las autoridades locales, las explosiones y el fuego antiaéreo se escucharon en distintos distritos de la ciudad, lo que obligó a miles de residentes a refugiarse en las estaciones del metro, utilizadas desde 2022 como refugios subterráneos en situaciones de emergencia.

El jefe interino de la administración militar de Kiev, Tymur Tkachenko, informó que los restos de proyectiles interceptados cayeron en al menos cuatro zonas de la capital. Como consecuencia, seis personas resultaron heridas y fueron atendidas por los servicios médicos. En el distrito de Solomianskyi, se reportaron dos incendios tras los impactos.

Minutos antes del bombardeo, el alcalde de Kiev, Vitalii Klitschko, alertó a la población sobre la aproximación de más de 20 drones de ataque rusos, lo que activó de inmediato las alarmas antiaéreas.

Este ataque representa una ruptura con la relativa calma que Kiev había experimentado en las últimas semanas. Las autoridades han pedido a la población mantenerse en resguardo y no abandonar los refugios hasta que las amenazas cesen completamente.

A pesar de que gran parte de los proyectiles fueron interceptados, los daños materiales y el impacto psicológico sobre la población civil continúan siendo considerables. Hasta el momento, no se han reportado víctimas mortales, pero los protocolos de emergencia permanecen activos ante la posibilidad de nuevos ataques.

El bombardeo refuerza la percepción de que, pese al paso del tiempo, la guerra entre Rusia y Ucrania sigue sin ofrecer señales claras de una resolución cercana.