Influencer mexicana es rechazada en Notre Dame por su vestimenta

Influencer mexicana es rechazada en Notre Dame por su vestimenta

La influencer mexicana Lily García, conocida por sus contenidos de belleza y estilo de vida en TikTok, vivió un momento incómodo durante su visita a la Catedral de Notre Dame en París. La joven, que suma más de 2 millones de seguidores, fue rechazada en la entrada del recinto por vestir un atuendo considerado inapropiado, lo que generó controversia y reacciones divididas en redes sociales.

Durante su recorrido por Europa, Lily intentó ingresar al emblemático templo parisino con un conjunto blanco de licra —compuesto por un top de manga corta y un short con abertura en la espalda— similar a un outfit deportivo. Sin embargo, una guardia le negó la entrada, señalando que su ropa no cumplía con las normas del lugar. En un video que supera los 5 millones de reproducciones en TikTok, la influencer relató que la guardia le gritó frente a otros visitantes y le exigió cubrirse.

Para poder entrar, Lily improvisó una solución: se puso un suéter y amarró una sudadera a la cintura para cubrir sus piernas. A pesar de ello, la experiencia la dejó decepcionada. “Me daba mucha ilusión entrar, pero el conflicto arruinó la experiencia”, expresó en su video.

Lo que más le sorprendió fue ver a otras visitantes con shorts o vestidos de tirantes dentro de la catedral, lo que —según ella— evidenciaba una aplicación inconsistente del código de vestimenta. Aunque Notre Dame sigue siendo un lugar de culto activo y exige vestimenta modesta (cubrir hombros, rodillas y abdomen), la manera en que se comunican y aplican estas reglas ha sido motivo de debate tras el incidente.

La situación ha generado una fuerte discusión en redes sociales. Mientras algunos usuarios defendieron el derecho del recinto a mantener sus normas, otros criticaron el trato recibido por la influencer y pidieron una revisión de los códigos para adaptarlos a una audiencia internacional diversa.

El caso de Lily García pone en evidencia la tensión entre el respeto a las tradiciones religiosas y las expectativas de los visitantes en sitios turísticos de carácter sagrado. Más allá del atuendo, el episodio ha abierto una reflexión sobre la empatía, la comunicación y el trato igualitario en espacios culturales y religiosos.
 



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