El pasado sábado 3 de mayo, desde un escenario de lujo en Arabia Saudita, el mexicano Saúl ‘Canelo’ Álvarez venció por decisión unánime al cubano William Scull, en una pelea de unificación por el campeonato supermediano. Con este triunfo, Canelo agregó el cinturón de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) a su ya amplio palmarés.

A pesar de la expectativa generada en torno al combate, la función fue duramente criticada por fanáticos y analistas. Numerosos expertos calificaron la pelea como “aburrida”, y con razón: según las estadísticas oficiales, se trató del enfrentamiento a 12 rounds con menos golpes lanzados desde que existen registros detallados.

Pero mientras el espectáculo deportivo fue pobre, la ganancia económica fue descomunal. Canelo habría cobrado 100 millones de dólares por este combate, como parte de su contrato con el jeque Turki Alalshikh, posicionándose entre los atletas mejor pagados del planeta.

William Scull, hasta ese momento invicto, también obtuvo la mayor bolsa de su carrera profesional. Aunque su pago no fue revelado oficialmente, reportes indican que recibió entre 3 y 5 millones de dólares, equivalentes a unos 60 a 100 millones de pesos mexicanos.

Con esta derrota, Scull pierde el invicto y el título, pero se posiciona como un nuevo rostro en las grandes ligas del boxeo internacional. Aunque el espectáculo no estuvo a la altura, el combate en Arabia Saudita se convirtió en una victoria financiera rotunda para ambos pugilistas.